Hoy, en el Tribunal de la Instrucción de Hato Mayor, una abuela de 72 años se presentó con un profundo sentimiento de preocupación y esperanza mientras su nieto, acusado de varios robos, era llevado ante la justicia. Al joven se le dictó una medida de prisión preventiva por tres meses.
La abuela, visiblemente angustiada, expresó su deseo de que su nieto pueda cambiar. “Yo solo quiero que él cambie,” afirmó con tristeza, subrayando que, a pesar de las circunstancias difíciles, mantiene la esperanza de que el joven encuentre un camino diferente.
La mujer aclaró que su solicitud no se basa en odio ni en venganza, sino en un deseo genuino de que su nieto se restaure y recupere sus valores. “Quiero que mi hijo se restaure y sea de nuevo un niño cristiano, un niño honesto que vele por mí ya como una mujer de 72 años y que no me m4ltrate,” expresó.
El caso refleja el dolor y la preocupación de una generación que, tras una vida de esfuerzo, enfrenta la angustia de ver a sus seres queridos involucrados en actividades delictivas. Con la medida de prisión preventiva, la abuela espera que este tiempo sea una oportunidad para que su nieto reflexione y busque una manera de rehacer su vida.
“Él me robaba todo, yo sufr0 de presión alta, y en cualquier momento me puede hacer daño. Tengo miedo por mi vida y necesito que él se restaure porque en realidad lo amo, y Dios lo sabe,” concluyó la abuela, demostrando su amor y preocupación por su familiar.