Ante unas 50,000 personas reunidas en el Estadio Olímpico, Bad Bunny reiteró su aprecio por la República Dominicana, resaltando que este territorio fue determinante en sus primeros pasos profesionales. El artista recordó que aquí encontró un espacio decisivo cuando su propuesta musical apenas se abría camino y necesitaba el impulso inicial de un público receptivo.

El intérprete explicó que la nación caribeña se convirtió en el primer escenario fuera de Puerto Rico que le ofreció apoyo real como talento emergente. Destacó que ese respaldo temprano representó un punto importante en la evolución de su trayectoria, especialmente porque surgió en un momento en que buscaba afirmarse frente a audiencias variadas.

Bad Bunny relató que los dominicanos lo recibieron “como si fuera uno más”, un gesto que permaneció marcado en su memoria. Señaló que esa acogida ocurrió cuando todavía intentaba consolidarse dentro de la industria, por lo que el entusiasmo del público fue decisivo y se mantuvo presente en cada recuerdo asociado a aquellos inicios.

En medio de ovaciones prolongadas, el artista agradeció “el apoyo recibido antes de alcanzar mayor reconocimiento”, subrayando que este lazo se formó desde la sencillez de los primeros conciertos. Indicó que esa cercanía continúa vigente y se refleja en el ambiente generado durante cada visita, creando una conexión sostenida por diversas experiencias compartidas con el tiempo.

El evento marcó la primera parada internacional de su gira “Debí trar más fotos World Tour”, luego de concluir 31 funciones consecutivas en Puerto Rico. La elección de iniciar en República Dominicana reforzó la importancia simbólica que el país mantiene para él, especialmente porque el público local siempre ha representado un impulso emocional significativo en momentos clave de su carrera.

Durante la interpretación de “Debí tiar más fotos”, el artista hizo una pausa para destacar la energía del público dominicano, indicando que era el estímulo necesario para comenzar la gira con motivación. Los asistentes respondieron levantando sus luces mientras él invitaba a “disfrutar la vida y valorar los instantes irrepetibles”, reforzando un vínculo construido mediante años de escenarios compartidos y agradecimientos constantes.