La comunidad de Ponce, Guaricanos en Santo Domingo Norte vive momentos de angustia tras la desaparición de Adaljisa Flores y su hija Pamela, de 10 años. Han pasado ya diez días desde que ambas salieron de su hogar sin dejar rastro, generando una creciente preocupación entre familiares y vecinos. La situación es motivo de gran tensión en el sector, donde se percibe una mezcla de esperanza e incertidumbre ante la falta de información concreta sobre el paradero de madre e hija.
Participación comunitaria en la búsqueda
La respuesta de la comunidad no se ha hecho esperar. Vecinos y conocidos se han volcado en apoyo a la familia, participando activamente en la búsqueda. Recorridos por diversas zonas de Guaricanos son realizados diariamente, mientras la información se difunde con rapidez en un intento desesperado por encontrar alguna pista que conduzca a Adaljisa y Pamela. Estos esfuerzos han sido acompañados por un llamado constante a la población para que aporte cualquier dato que pueda ser útil, reflejando el carácter solidario y unido de los habitantes de Ponce ante circunstancias adversas.

Una voz notablemente desesperada emerge de los labios de los familiares, quienes se sostienen en la fe y la esperanza de un pronto regreso. “La incertidumbre nos va a acabar, ella no acostumbra a salir de casa“, declaró un allegado visiblemente afectado por los eventos recientes. Además, se ha recurrido a las autoridades competentes, que mantienen el caso activo y siguen vigilantes ante cualquier reporte que pudiera aportar novedades significativas.
Expectativas de información oficial y acciones futuras
En el contexto de la desaparición, las autoridades locales han hecho un llamado a la ciudadanía para colaborar con cualquier información relevante. El entorno familiar, liderado por allegados directos de Adaljisa, ha habilitado líneas telefónicas para facilitar la comunicación de pistas significativas: (809) 779-1809 y (849) 395-8476. Este caso, tratado con suma sensibilidad, no solo ha impactado a los involucrados directos, sino que ha captado la atención mediática, propiciando una difusión nacional que incrementa las probabilidades de recibir información útil.
En el plano emocional, la presión vivida por los familiares es intensa. Sin embargo, la fe permanece intacta. Mantener la historia visible es percibido como crucial, en un intento por mantener viva la posibilidad de reencuentro. “Continuaremos difundiendo esta historia hasta que ellas regresen”, afirman las voces que repiten una y otra vez el deseo de verlas a salvo.
Es de esperarse que en los próximos días, las instituciones pertinentes brinden algún tipo de informe oficial que aclare el panorama o aporte pistas nuevas sobre lo que pudo haber ocasionado esta desaparición prolongada. La comunidad sigue unida y vigilante, aguardando con impaciencia cualquier indicio positivo. Entre tanto, la solidaridad y la esperanza prevalecen en el sector Ponce de Guaricanos.
Por Juan Isidro Escolástico
