Una de las tragedias más devastadoras para la comunidad dominicana sin duda alguna fue la caída del vuelo 587 de American Airlines, hecho que también conmocionó a los Estados Unidos y el resto del mundo.
Este vuelo, que cubría la ruta entre Nueva York y Santo Domingo, llevaba a bordo principalmente pasajeros dominicanos que viajaban para reencontrarse con sus familiares.
Pocos minutos después de despegar, el Airbus A300 sufrió una pérdida de control debido a problemas en el timón vertical y a turbulencias generadas por otra aeronave cercana. La inestabilidad hizo que se produjeran una serie de maniobras bruscas que culminaron en la caída del avión en el barrio de Belle Harbor, en Queens. Esto causó destrucción en varias viviendas y dejó el área devastada.
El accidente ocurrió en un contexto de alta sensibilidad, ya que la población aún estaba afectada por los atentados del 11 de septiembre, lo cual agregó una capa más de tragedia. Sin embargo, la investigación de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) concluyó que la causa fue un error en el manejo del timón por parte del copiloto, quien realizó movimientos excesivos que habrían sobrecargado el sistema de control.
El horrendo siniestro dejó una profunda huella en la comunidad dominicana, con numerosos homenajes que se celebran anualmente en honor a las víctimas, manteniendo viva la memoria de uno de los episodios más devastadores en la historia de esta comunidad en el extranjero.