El ámbito del entretenimiento ha sido impactado por el fallec1miento del cantante británico Liam Payne, quien fue miembro de la reconocida agrupación One Direction. Payne fallec1ó el 16 de octubre a la edad de 31 años tras sufr1r una caída desde el tercer piso del hotel donde se encontraba hospedado en Buenos Aires, Argentina.
El artista británico dejó un patrimonio estimado en 70 millones de dólares, según reportó una agencia británica. Este capital fue acumulado principalmente gracias a su carrera en la música, tanto como integrante de la popular boy band como durante su trayectoria como solista.
Se espera que la mayor parte de la fortuna de Payne pase a manos de su único hijo, Bear Gray Payne, fruto de su relación con la también cantante Cheryl Cole, quien fue jurado del programa X Factor UK. Bear, nacido en 2017, cuenta con siete años de edad en la actualidad. En una entrevista concedida por el fallec1do a Logan Paul, Payne expresó su deseo de que todo su patrimonio quedara en manos de su hijo, destacando que su vida y su dinero le pertenecían a Bear.
El cantante también reveló que había establecido varias empresas, las cuales podrían ser gestionadas por su hijo cuando alcanzara la mayoría de edad. Esto permitiría a Bear tomar la decisión de continuar con el legado empresarial o venderlo, demostrando así la visión a largo plazo que Payne tenía respecto al futuro de su hijo.
Dentro del patrimonio del artista, sus propiedades inmobiliarias se destacaban de manera considerable. Entre ellas, una mansión en Malibú, California, y otra en Surrey, Inglaterra.
La propiedad en Malibú fue adquirida en 2015 por 10 millones de dólares. La residencia, ubicada en la exclusiva zona de Monte Nido, cuenta con casi cinco hectáreas de terreno, una casa principal de aproximadamente 900 metros cuadrados, una casa de huéspedes, un estudio de grabación, una piscina, estanques con peces koi, cascadas, jardines y una casa de meditación. Después de varios intentos fallidos, Payne logró vender la propiedad en 2021 a la cantante Halsey por 10,6 millones de dólares.
Por otro lado, la residencia en Surrey, valorada en 8,5 millones de dólares, es una mansión estilo georgiano situada a las afueras de Londres. Esta propiedad fue adquirida antes de la separación de Payne y Cole, y cuenta con cinco habitaciones, siete baños, una piscina, cancha de fútbol y cancha de tenis. Su diseño interior es moderno y vibrante, con elementos llamativos como una sala de cine con puerta secreta y una alfombra de cebra. Payne logró vender esta propiedad, obteniendo una ganancia de 1,9 millones de dólares tras su venta.