SANTO DOMINGO. – En medio de una creciente preocupación y con esperanzas aún latentes, la madre de Adaury Miguel Castillo Valerio, un adolescente de 13 años desaparecido tras un incidente en el mar Caribe, ha solicitado a las autoridades un esfuerzo renovado y transparente en la investigación sobre su paradero. El suceso, que tuvo lugar en la avenida España durante la influencia de la tormenta Melissa, ha dejado a la comunidad consternada y a la familia en busca de respuestas claras.
La progenitora, Licelot Valerio, ha expresado su descontento por lo que describe como un manejo inadecuado de la situación por parte de quienes presenciaron los hechos. Según expone, varios adultos y menores que estuvieron presentes, aparentemente conocieron la desaparición desde el primer día, pero la noticia no fue comunicada oportunamente a los familiares, lo que, según ella, pudo haber dificultado los primeros esfuerzos de búsqueda. “Estar al tanto de la ausencia del niño y no actuar inmediatamente muestra una indiferencia que no puedo comprender”, señaló Valerio, subrayando la necesidad de una intervención más proactiva por parte de las autoridades y testigos.
Preocupación crece ante lesiones en otros menores
Una incógnita persiste sobre las lesiones menores que presentaron algunos niños que, según los informes, estaban en el lugar del incidente. Las discrepancias entre los testimonios han llevado a Licelot Valerio a cuestionar la coherencia de estos relatos. “Las lesiones observadas no coinciden con el relato de los hechos. Es crucial que las autoridades examinen las inconsistencias y establezcan un línea de investigación clara que brinde entendimiento a lo ocurrido sin perjudicar a los menores involucrados”, afirmó Valerio, enfatizando que el enfoque debe ser siempre esclarecedor y cuidadoso.
Por su parte, las autoridades han intensificado la búsqueda a lo largo de la costa del Caribe, además de coordinaciones con hospitales y morgues sin que, hasta la fecha, haya resultados definitivos sobre el paradero del joven. Esta búsqueda exhaustiva se ha expandido a raíz de la solicitud directa de la familia, que implora no solo por el hallazgo físico sino por un entendimiento comprensivo de las circunstancias que llevaron a la desaparición.
En un entorno impregnado de incertidumbre, Valerio ha instado a la fiscalía y a la Procuraduría para que intervengan ofreciendo una revisión detallada que responda a las múltiples incógnitas planteadas por la familia, los medios de comunicación y la comunidad en Samaná. “Esperamos que las instituciones pertinentes se comprometan a una comunicación constante y clara sobre los avances de la investigación”, expresó, reiterando la frustrante espera por noticias que aporten luz al caso.
Incertidumbre en la comunidad
La desaparición de Adaury Miguel ha resonado en la comunidad de Samaná, proyectando un llamado a la reflexión sobre medidas preventivas que podrían evitar tragedias similares. Residentes locales han expresado su apoyo a la búsqueda activa del menor, así como su deseo de que este acontecimiento sirva como catalizador para reforzar la seguridad en zonas frecuentadas por la juventud durante fenómenos naturales adversos.
Conforme la familia Castillo Valerio continúa aferrándose a la esperanza de un desenlace favorable, la colectividad espera que las autoridades locales continúen comunicando de manera eficiente los hallazgos y hallazgos pendientes sobre la investigación en curso. En tanto, el compromiso institucional de brindar información veraz y oportuna será clave para mitigar la angustia de una madre y una comunidad que, hasta ahora, permanecen sin respuestas definitivas.