Karim Bukele, quien es hermano del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha llamado la atención en estos últimos días tras en medio de una controversia tras un enfrentamiento en redes sociales con varios periodistas que cuestionaron la procedencia de los recursos utilizados para la compra de un edificio histórico en el centro de San Salvador.
Este inmueble, que, según informaciones fue construido en la década de 1940, fue registrado a nombre suyo, lo que no ha podido evitar el desate de una ola de críticas y sospechas sobre posibles beneficios indebidos vinculados a su adquisición.
El conflicto estalló recientemente luego de que se llevara a cabo una investigación, la cual fue publicada por el medio Focos, que reveló que Karim y su hermano Yusef Bukele compraron una propiedad valorada en 1,3 millones de dólares apenas dos meses después de la aprobación de una ley gubernamental que ofrecía exenciones fiscales para inversiones en el casco histórico de la capital salvadoreña.
La coincidencia temporal entre la aprobación de la ley y la adquisición del inmueble provocó que varios periodistas y sectores de la oposición señalaran un posible conflicto de intereses y el uso de información privilegiada.
Karim Bukele, que hasta hace poco tenía poca actividad en redes sociales, defendió abiertamente la legalidad de la compra, negando cualquier irregularidad. En un tono irónico, criticó a quienes han hecho acusaciones en su contra, afirmando que la familia Bukele no había utilizado prestanombres para ocultar la transacción, en contraste con prácticas comunes en casos de dinero ilícito.
“No usamos prestanombres porque no tenemos nada que ocultar”, señaló en respuesta a las críticas. La polémica también incluyó al presidente Nayib Bukele, quien se pronunció de manera sarcástica en sus redes, agradeciendo a Dios por la oposición, en alusión a los titulares que cuestionaban las adquisiciones de sus familiares.
El periodista salvadoreño Héctor Silva Ávalos, por su parte fue particularmente incisivo, refiriéndose a los Bukele como un “clan de ladrones y criminales”, lo que desencadenó una respuesta airada de Karim, quien negó categóricamente las acusaciones de corrupción. Asimismo, aseguró que no recibió “información privilegiada” sobre las futuras intervenciones urbanísticas en el centro histórico, como lo sugería el reportaje del medio de comunicac.
El debate ha intensificado las tensiones en el ámbito político salvadoreño, con acusaciones cruzadas entre el gobierno, periodistas y sectores críticos, mientras la opinión pública sigue atenta a las investigaciones y desarrollos que puedan surgir de este caso.