Tras el devastador paso del huracán Helene, que obligó a la evacuación de miles de personas en Florida, llegan buenas noticias para los inmigrantes y residentes afectados por la tormenta. Varias organizaciones en el norte de Texas han movilizado a más de 6,000 voluntarios para brindar apoyo a los damnificados, con planes de enviar equipos de recuperación, como motosierras, para limpiar los escombros y árboles caídos.
Aunque el gobernador de Florida, Ron DeSantis, aún no ha precisado el alcance total de los daños, en una rueda de prensa instó a los residentes a mantenerse seguros en sus hogares. Además, señaló que las redes de telecomunicaciones se han activado para garantizar el funcionamiento del sistema de emergencias 911.
El huracán Helene, catalogado como una tormenta tropical catastrófica, ha generado alerta no solo en Florida, sino también en otros estados. El gobernador de Georgia, Brian Kemp, declaró una emergencia en su estado y exhortó a la población a prepararse ante la posible llegada de Helene.
El presidente Joe Biden también se refirió a la gravedad de la tormenta, calificándola de “catastrófica” y advirtiendo sobre vientos e inundaciones en todo el sureste del país. Biden enfatizó la necesidad de que la población tome el fenómeno con la máxima seriedad para evitar mayores tragedias. Las autoridades continúan trabajando en la evaluación de los daños y en la distribución de la ayuda necesaria.