Intel, el gigante de los semiconductores, fue demandado en un tribunal federal en San José, California, el pasado martes, bajo alegaciones de que sus procesadores de 13ª y 14ª generación, lanzados en 2022 y 2023, presentan defectos significativos. La demanda fue presentada por Mark Vanvalkenburgh, residente de Orchard Park, Nueva York, quien adquirió un procesador Intel Core i7-13700K en enero de 2023. Según la demanda, el procesador adquirió problemas de estabilidad y fallas constantes, incluyendo apagones de pantalla y reinicios repentinos. Vanvalkenburgh intentó solucionar el problema con un parche lanzado por Intel, pero la situación persistió.
Medios de comunicación y publicaciones en redes sociales han reportado estos problemas desde diciembre de 2022, documentando fallas inexplicables e inestabilidad en el sistema, así como un incremento notable en la devolución de estos productos. “Intel conocía el defecto para fines de 2022 o principios de 2023”, alega la demanda, argumentando que Intel realizó pruebas pre y post lanzamiento que revelaron los problemas en estos procesadores.
Acusaciones de fraude y violación de la ley comercial
El demandante acusa a Intel de cometer fraude por omisión y de violar la Ley General de Negocios de Nueva York. Se argumenta que Intel continuó promocionando la velocidad y el rendimiento de sus procesadores sin advertir a los consumidores sobre los problemas de estabilidad. Al no revelar esta información crucial, Intel habría engañado a sus clientes, quienes compraron estos procesadores con la expectativa de un producto confiable y de alto rendimiento.
Intel ha enfrentado pérdidas en el mercado y ha registrado un notable número de devoluciones de sus procesadores de la serie Raptor Lake, lo que ha generado un impacto financiero y cuestionamientos sobre su reputación en el sector tecnológico.
Reconocimiento del problema por Intel
Intel reconoció públicamente los problemas de inestabilidad en una publicación en su foro en julio de 2024. Thomas Hannaford, gerente de comunicaciones de Intel, explicó que la inestabilidad se debe a un aumento en el voltaje de operación en algunos de los procesadores de 13ª y 14ª generación. Según Intel, un algoritmo en el microcódigo estaba enviando solicitudes de voltaje incorrectas, afectando la estabilidad de los procesadores.
Para abordar el problema, Intel lanzó tres actualizaciones de microcódigo entre junio y septiembre de 2024. Las actualizaciones 0x125, 0x129 y 0x12B intentaron corregir el algoritmo de voltaje, ajustando parámetros como el “Enhanced Thermal Velocity Boost” (eTVB) y previniendo que los procesadores solicitaran voltajes elevados cuando estaban en reposo o con poca carga de trabajo. Además, Intel extendió la garantía de ciertos modelos afectados por dos años, ofreciendo asistencia adicional en septiembre.
Intel y el futuro de sus procesadores
La situación de los procesadores Raptor Lake plantea desafíos para Intel, que intenta restaurar la confianza de sus consumidores y fortalecer la estabilidad de sus productos en el mercado. Aunque la compañía ha implementado parches y ofrecido soporte ampliado, la demanda en curso podría tener implicaciones significativas.