En la comunidad de Cabral, en la provincia de Barahona, la noticia sobre la recuperación paulatina de la joven Yoenny Berenice Urbáez Féliz, de 22 años, ha traído consuelo a sus allegados y vecinos. Ella había sido trasladada al Hospital Docente Universitario Traumatológico Dr. Darío Contreras tras sufrir un conflicto desafortunado con su pareja la pasada semana en la localidad de Villa Progreso. Afortunadamente, el avance en su estado de salud ha sido positivo, manteniéndola bajo supervisión médica constante y recibiendo cuidados especializados.
La madre de la joven, Bedenice Féliz Féliz, quien también es enfermera, comunicó a los medios que la evolución de su hija ha sido satisfactoria. “Gracias a Dios, Yoenny está respondiendo bien al tratamiento, lo que nos llena de esperanza”, manifestó entre lágrimas de agradecimiento al personal médico que asiste a su hija. Destacó que el equipo de profesionales de la salud ha mostrado dedicación y compromiso en cada etapa del proceso.
Preocupación por la violencia en la comunidad
El incidente que involucró al autor identificado como Juan Gerónimo Báez Urbáez, conocido por el apodo “Pichón”, ha sacudido profundamente a la comunidad de Cabral. Báez Urbáez, de 50 años de edad, terminó su vida de manera trágica después del suceso, lo que ha suscitado un debate en la comunidad sobre la creciente incidencia de situaciones de violencia intrafamiliar y la urgente necesidad de programas de prevención robustos.
Los vecinos del sector Villa Progreso, donde ocurrieron los hechos, han expresado su consternación ante la noticia, y han sido enfáticos en la necesidad de implementar medidas que propendan a crear una convivencia segura y pacífica. “Los episodios de violencia nos afectan a todos”, fue uno de los tantos mensajes expresados por los habitantes que se han movilizado para ofrecer apoyo a la familia afectada.
Iniciativas comunitarias y apoyo institucional
En respuesta al suceso, las autoridades locales han comenzado a evaluar estrategias para fortalecer los programas de orientación emocional y de resolución pacífica de conflictos. Han destacado la importancia de trabajar en conjunto con organizaciones no gubernamentales que apoyen a las víctimas de violencia para brindarles no solo asistencia psicológica sino también social. Por su parte, el ayuntamiento de Cabral ha señalado su disposición para colaborar con campañas de sensibilización que puedan ser implementadas en toda la región.
A futuro, se espera que la familia de Yoenny, una vez reciba el alta hospitalaria, continúe recibiendo el apoyo necesario para afrontar las secuelas emocionales derivadas de este penoso incidente. “Es importante que mi hija reciba ayuda profesional; lo que ha vivido no es fácil de superar”, expresó Bedenice Féliz Féliz, reafirmando su compromiso de asegurar el bienestar de Yoenny a través de terapias de recuperación emocional.
La comunidad de Cabral, conmovida por lo sucedido, ha respondido con gestos solidarios hacia ambas familias. El trágico acontecimiento ha puesto en evidencia la necesidad imperiosa de adoptar políticas preventivas que eviten repeticiones de situaciones semejantes. Las autoridades están llamadas a ofrecer un parte oficial en las próximas semanas respecto a las investigaciones y las medidas a implementar, garantizando que los habitantes se sientan seguros y que situaciones de tan doloroso carácter no se repitan.