Un juez federal emitió una histórica orden que prohíbe a los agentes de inmigración realizar operativos en lugares de culto, protegiendo así a diversas comunidades religiosas en Estados Unidos.
El magistrado Theodore Chang, con sede en Maryland, tomó esta decisión en respuesta a una demanda presentada por organizaciones religiosas que consideran vulnerado su derecho a la libertad de culto. La orden preliminar establece que la medida implementada por la administración Trump no puede aplicarse por ahora.
Entre los demandantes se encuentran una red de iglesias bautistas de Georgia y un templo sij de California, quienes expresaron temor de que sus congregaciones fueran objetivo de operativos migratorios. Este fallo representa un revés para las políticas del actual gobierno.
La decisión judicial llega tras modificaciones realizadas por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que habían eliminado restricciones sobre lugares donde se podían realizar arrestos, incluyendo espacios religiosos.
Los demandantes celebraron la orden, aunque señalaron que el proceso legal continúa. Esta medida bloquea temporalmente la política migratoria mientras se resuelve la impugnación, marcando un posible precedente en la relación entre comunidades religiosas y políticas migratorias federales.