La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado oficialmente que los recientes brotes de viruela símica, previamente conocida como viruela del mono, constituyen una emergencia sanitaria internacional. Esta decisión fue tomada tras una reunión del comité de emergencia, que evaluó la grave situación actual en el Congo y otras regiones de África.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, informó que los casos de viruela símica, aunque endémicos en el Congo desde hace años, han mostrado un aumento preocupante en el último año. Según los datos más recientes, en 2024 se han reportado ya 14.000 casos y 524 muertes, superando las cifras del año anterior.
Durante la reunión, el Dr. Jean Kaseya, líder de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de África, enfatizó la urgencia de la situación. «Esta declaración no es solo una formalidad; es un llamado a la acción inmediata. Debemos adoptar un enfoque proactivo y agresivo para controlar y erradicar esta amenaza», expresó Kaseya.
El brote más preocupante proviene del clado Ib, una variante de la viruela símica que ha mostrado una rápida propagación en países vecinos del Congo, como Burundi, Kenia, Ruanda y Uganda. Esta variante, además de transmitirse por contacto cercano, como al hablar o respirar cerca de una persona infectada, se ha propagado principalmente por contacto sexual.
La OMS ha activado un plan de respuesta regional con un presupuesto de 15 millones de dólares, que incluye medidas de preparación, vigilancia y control coordinadas con los gobiernos de los países afectados y los CDC de África. Además, el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización de la OMS ha recomendado el uso de dos vacunas específicas contra la viruela símica, ya aprobadas en algunos territorios como Nigeria y el Congo. Sin embargo, se están realizando esfuerzos para garantizar que otros países también puedan acceder a estas vacunas.
Aunque la situación en África es alarmante, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) indicó el 19 de julio que el riesgo para la Unión Europea sigue siendo «muy bajo», a pesar de la propagación del clado Ib.
Este brote ha encendido las alarmas a nivel internacional, y la OMS, junto con organizaciones globales y regionales, está intensificando sus esfuerzos para evitar que la situación se agrave aún más.