En la región de Valencia, al este de España, fueron reportadas al menos 51 personas las cuales perdieron la vida debido a las fuertes inundaciones que convirtieron las calles en ríos y arrastraron vehículos, en lo que se considera el peor desastre natural reciente en el país en cuestión.
Los servicios de emergencia confirmaron el número de fallecidos este miércoles 30 del mes de octubre, tras las tormentas que golpearon el sur y este de la nación.
El temporal arrasó con una marea de lodo y escombros, arrastrando automóviles y bienes personales a gran velocidad para llevárselos. Las autoridades y servicios de rescate ante este tipo de situaciones de calamidad, en colaboración con la policía, desplegaron helicópteros para evacuar a residentes atrapados en sus viviendas y vehículos. En medio de la emergencia, se reportó la desaparición de varios ciudadanos, y al amanecer del miércoles, el hallazgo de decenas de víctimas mortales.
Más de mil soldados de las unidades de respuesta de emergencia fueron desplegados a las áreas afectadas. Ricardo Gabaldón, alcalde de la localidad de Utiel, describió el martes como el peor día de su vida, asegurando que aún hay personas desaparecidas en su comunidad.
Según relató, “estábamos atrapados como ratas. Los autos y los contenedores se movían por las calles; el agua alcanzaba los tres metros”.
Los daños se extienden a la vecina región de Castilla La Mancha, donde en el pueblo de Letur, el alcalde Sergio Marín Sánchez informó sobre seis personas desaparecidas. En Málaga, un tren de alta velocidad con casi 300 pasajeros descarriló, aunque no se reportaron heridos. Sin embargo, el servicio ferroviario entre Valencia y Madrid permanece interrumpido junto a otras rutas locales.
Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, solicitó a toda la población a no salir para no entorpecer los trabajos de rescate, ya complicados por árboles caídos y vehículos destrozados en las vías. En el pueblo de Barrio de la Torre, el propietario de un bar, Christian Viena, describe la zona como “un desastre” con coches amontonados y barro de hasta 30 centímetros.
El gobierno central ha creado un comité de crisis para coordinar los esfuerzos de rescate. A pesar de que las lluvias se habían calmado el miércoles, se pronostican nuevas tormentas hasta el jueves, según el servicio meteorológico. Este desastre ocurre en un contexto en el que España todavía se recupera de una intensa sequía, en un año de eventos climáticos extremos vinculados al cambio climático, según expertos.