Diario al Día, Santo Domingo- Milly Quezada enfrentó la decisión de seguir el periodismo o su pasión por la música, mientras estudiaba y trabajaba en Nueva York.
Graduada en periodismo en el City College, Milly conversó con su esposo Rafael Vázquez, quien le advirtió sobre la dificultad de combinar carrera y música, pero ella eligió cantar.
El auge de temas como “La Guacherna”, “Volvió Juanita” y “Tengo” marcó un giro irreversible en su vida, mientras equilibraba estudios, trabajo y presentaciones en clubes nocturnos.

La rutina de universidad, tarima y hogar la sobrecargaba, pero su decisión de seguir la música consolidó más de 45 años de carrera exitosa y reconocimiento internacional.
Con cinco Latin Grammy, que guarda con orgullo, Milly afirmó que el merengue es parte esencial de la identidad dominicana y que jamás planificó convertirse en artista.
La cantante explicó que representar al país globalmente tuvo un costo personal: “Mis hijos pagaron una cuota alta porque esta carrera te drena y te absorbe”, expresó con sinceridad.

Su historia con Los Vecinos, la orquesta que formó con sus hermanos en Washington Heights, también rompió normas de la época y desafió la mentalidad machista en el merengue.
Desde pequeña, Milly tenía claro su vínculo con la música. Contaba que le cantaba a su padre por cinco centavos y que escaparse al colmado a escuchar la vellonera era parte de su día.
Su debut con el disco “Esta es Milly con los Vecinos” sorprendió incluso a figuras como Johnny Ventura y Wilfrido Vargas, consolidando su presencia en el merengue dominicano.

El 70 % de sus presentaciones anuales son en Puerto Rico, donde la llaman “La Reina del Merengue”, participando en festividades locales y compartiendo escenarios con artistas de diversos géneros.
Celebró iniciativas como las de Bad Bunny por resaltar raíces culturales e instó a mantener la tradición musical en República Dominicana con apoyo institucional y de la ciudadanía.

Reiteró que si merengue y bachata no se valoran en suelo dominicano, difícilmente serán reconocidos en el extranjero, por lo que pidió respaldo a las nuevas generaciones que buscan abrirse camino.
Su trayectoria refleja la perseverancia y el compromiso con el merengue, reafirmando su rol como embajadora del ritmo nacional y ejemplo de dedicación artística.