Diario al Día, París- Brigitte Bardot, actriz y símbolo del cine europeo de los años 50 y 60, murió a los 91 años, confirmó la fundación que lleva su nombre este domingo.
Bardot protagonizó títulos como “Y Dios creó a la mujer”, “La verdad” y “El desprecio”, marcando una era de cambios estéticos y sociales en el cine francés y europeo.
Durante dos décadas, fue un fenómeno cultural y el rostro de una nueva feminidad, proyectando sensualidad libre y desinhibida que fascinaba e incomodaba al público por igual.
Su presencia redefinió el estrellato femenino, consolidándola como una figura magnética y representativa de una época de ruptura y modernidad en el cine europeo del siglo XX.
BB cerró su etapa cinematográfica temprano, pero se mantuvo en el debate público. A partir de los años 70, dedicó esfuerzos a la defensa de los animales con campañas emblemáticas.
Su activismo incluyó denuncias sobre la caza de focas en Canadá, cuya imagen sigue siendo un símbolo reconocible de compromiso en favor de la protección animal a nivel mundial.
En el ámbito musical, colaboró con Serge Gainsbourg en 1967 con “Je t’aime… moi non plus”, tema provocador que consolidó su imagen como figura transgresora y generó debates sobre erotismo en la cultura popular.
Bardot se mantuvo retirada en Saint-Tropez, afectada por limitaciones físicas, pero sus declaraciones y posturas políticas continuaron generando atención y debate en Francia y otros países.
Apoyó a figuras políticas de la extrema derecha francesa y emitió opiniones sobre inmigración y relaciones de género, lo que provocó críticas y confrontaciones con sectores feministas contemporáneos.
Su reclusión no evitó que fuera recordada como un ícono que atravesó el cine, la música, el arte y la política, consolidándose como referente cultural del siglo XX.
Francia pierde con Bardot no solo a una actriz, sino a un símbolo del cine clásico europeo, considerado el último mito vivo del cine francés tras la partida de Alain Delon.
Pasó sus últimos días rodeada de recuerdos, en un contexto de deterioro físico que la alejó del ojo público, dejando un legado cultural admirado y discutido hasta la actualidad.
Su influencia en cine, música y activismo permanece como testimonio de una carrera que cruzó varias dimensiones de la cultura y la sociedad europea.