Diario Al Día, Loganvile GA – La noticia del día fue clara: un tribunal de apelación en Puerto Plata anuló la sentencia de Wander Franco y ordenó un nuevo juicio por el caso de abuso.
Como aficionado al béisbol y seguidor de la Liga Americana, confieso que esta decisión me deja con sentimientos encontrados y muchas dudas sobre el futuro del campocorto dominicano.
Primero, hay que dejar algo claro: la anulación de la sentencia no significa que Franco haya sido declarado inocente, sino que todo el proceso tendrá que repetirse desde cero.

Los jueces entendieron que en el juicio original hubo fallas procesales, como problemas con la comparecencia de testigos y retrasos, y por eso ordenaron que otro panel conozca el caso.
Mientras tanto, la MLB sigue esperando. La liga no puede cerrar su propia investigación ni definir una suspensión definitiva hasta que el proceso judicial termine completamente en República Dominicana.
Desde 2023, Franco ha estado fuera del terreno; primero fue puesto en licencia administrativa y luego pasó a la lista restringida de los Rays, sin recibir salario.

Además de este caso, el jugador ha enfrentado otros episodios delicados, como un arresto relacionado con armas de fuego y, más recientemente, su ingreso a una clínica de salud mental.
Cuando uno mira todo ese panorama junto, la pregunta que me hago no es solo si el tribunal lo absolverá, sino si alguna organización se atreverá a firmarlo de nuevo.
Analistas de medios locales en Tampa y portales especializados han señalado que, incluso con una eventual absolución, Franco tendría problemas para conseguir visa de trabajo y superar la política de conducta de MLB.
Eso significa que su regreso no depende únicamente del veredicto, sino de una combinación de factores legales, migratorios, disciplinarios y, por supuesto, de reputación pública ante fanáticos y patrocinadores.

Como fan del juego, yo recuerdo al Wander Franco que firmó una extensión millonaria y parecía destinado al estrellato, pero hoy su nombre está asociado principalmente a un caso judicial.1
En la conversación de redes, muchos aficionados dominicanos celebran la anulación de la sentencia, mientras otros se preguntan qué pasará con la presunta víctima y su familia en un nuevo juicio.
Personalmente, creo que esta es una oportunidad para que la justicia haga un trabajo más sólido, con reglas claras, testigos presentes y transparencia, independientemente de que el resultado final sea condena o absolución.
Desde el lado de MLB, mi impresión es que la liga será extremadamente conservadora; el comisionado ya ha mostrado mano dura en casos de violencia, abuso y conductas graves fuera del terreno.

Incluso si el próximo tribunal decide que no hay responsabilidad penal, no descarto una suspensión larga, similar o superior a lo que hemos visto con otros peloteros en situaciones delicadas.1
También pienso en el vestuario: cualquier equipo que considere firmarlo deberá valorar el impacto mediático, la presión sobre los compañeros y el mensaje que se manda a las aficiones y a las ligas menores.
Como periodista aficionado y espectador, yo no puedo adelantar veredictos, pero sí puedo decir que su camino de regreso luce empinado, largo y lleno de obstáculos, incluso fuera de la corte.
Lo único seguro hoy es que Franco sigue siendo, contractualmente, un jugador de los Rays, pero su carrera está en pausa y depende de decisiones que ya no se toman en el diamante.
En las próximas semanas, estaré pendiente de las fechas del nuevo juicio, de las reacciones de MLB y de cualquier señal de cambio en su estatus dentro de la organización.
Hasta entonces, mi respuesta honesta a la pregunta “¿volverá Wander Franco a la MLB?” es sencilla: hoy no hay garantías de nada, y su regreso luce más incierto que nunca.