La Guardia Costera de Estados Unidos ha repatriado a 60 migrantes tras interceptarlos en dos operativos cerca de Puerto Rico esta semana. Las operaciones, que contaron con la colaboración de múltiples agencias federales, han dejado en evidencia la persistencia de rutas marítimas ilegales en el Caribe.
El primero de estos operativos ocurrió el lunes, cuando la embarcación ‘Kathleen Moore’ avistó una pequeña yola de 6 metros en aguas cercanas a la isla de Mona, un islote deshabitado estratégico en la ruta migratoria hacia Estados Unidos. En este bote se encontraban 14 migrantes, de los cuales 13 declararon ser dominicanos, y uno más de origen haitiano. Las autoridades actuaron de inmediato, poniendo a salvo a los ocupantes antes de proceder con su detención.
Ese mismo día, por la tarde, se produjo el segundo operativo. Una embarcación de 9 metros fue detectada también al norte de la isla de Mona. En este caso, la intervención fue realizada por la Patrulla Fronteriza (CBP) en conjunto con la Guardia Costera, quienes interceptaron la embarcación tras una breve persecución. Siete migrantes se arrojaron al mar en un intento de escapar, pero fueron rescatados y detenidos junto a los demás ocupantes del barco, que transportaba un total de 49 personas.
De este segundo grupo, 39 hombres, 8 mujeres y 2 menores de edad viajaban a bordo. La mayoría también alegó ser de nacionalidad dominicana, mientras que uno de los migrantes declaró ser haitiano. Todos los migrantes fueron posteriormente repatriados a la República Dominicana.
Durante estas operaciones, dos migrantes permanecen bajo custodia de las autoridades estadounidenses, ya que enfrentan cargos federales por intentos de reingreso ilegal a territorio estadounidense. Estos hechos reflejan los continuos esfuerzos de las autoridades por controlar la migración irregular y asegurar las fronteras marítimas de Estados Unidos.