Carol Flaz Burgos, la hermosa madre dominicana, de dos pequeños, trabajaba como asistente de salud a domicilio, siendo muy querida por sus pacientes. Tristemente, fue encontrada sin signos vitales en el lago Kenoza, en Haverhill, Massachusetts, la semana anterior.
El acusado de este horrendo hecho es el dominciano Cristian Montero, quien acaba de ser acusado formalmente de ases1n4to en la corte superior de Lawrence el pasado martes. De ser declarado culpable, Montero enfrentaría una condena de cadena perpetua.
Los fiscales e investigadores aún no han revelado cómo Montero habría ases1n4do a Flaz Burgos, pero revisaron 15 horas de grabaciones de cámaras de seguridad. En los videos, se observa a la v1ctima entrando al apartamento de Montero en el edificio donde ambos residían, en la calle Broadway de Lawrence. Flaz Burgos, que vivía en el apartamento 401, fue vista por última vez tocando la puerta del apartamento 405, ocupada por Montero, y haciendo la señal de la cruz antes de ingresar. Sin embargo, nunca se le vio salir.
Las cámaras también captaron a Montero saliendo de su apartamento poco después, cargando un carrito de compras con lo que parecía ser ropa. Los fiscales presumen que el cuerpo de Flaz Burgos fue transportado de esta manera antes de ser arrojado al lago.
Aunque ambos residían en el mismo edificio, los investigadores aún no han determinado si existía alguna relación entre ellos. Montero había sido inicialmente arrestado bajo cargos de engañar a la policía y de intimidación de testigos. Tras los resultados de la autopsia, se le acusa formalmente de ases1n4to. El proceso judicial continuará hoy miércoles a las 2:00 de la tarde en la corte del distrito de Lawrence.
Los datos del teléfono celular de la v1ctima revelaron que se movió en dirección a Haverhill, coincidiendo con el momento en que Montero fue visto saliendo del edificio con el carrito de playa. Montero, de 35 años, ofreció versiones contradictorias sobre su ubicación durante la desaparición de Flaz Burgos, afirmando haber estado en una barbería en Lawrence, lo cual fue desmentido por las cámaras de seguridad y los registros de su teléfono, que lo situaron en Haverhill.
Montero se declaró inocente durante la audiencia, y su abogado solicitó más tiempo para revisar las pruebas presentadas por la fiscalía. El juez ordenó que permaneciera bajo custodia mientras se programa una nueva audiencia, a la espera de más investigaciones. Los hijos de Flaz Burgos, preocupados por la desaparición de su madre, contactaron a sus abuelos cuando ella no regresó a casa aquel sábado.
Por Miguel Cruz Tejada