Spirit Airlines pide protección por bancarrota tras pérdidas y colapso de fusión con JetBlue

Crisis financiera golpea a Spirit Airlines

Spirit Airlines, la aerolínea reconocida por sus vuelos económicos y su distintivo color amarillo, ha solicitado protección bajo el Capítulo 11 de la ley de bancarrota en Nueva York. La compañía enfrenta una deuda significativa de más de mil millones de dólares que vence en el próximo año, además de haber acumulado pérdidas por más de 2,500 millones de dólares desde 2020.

Desde la pandemia de COVID-19, Spirit ha tenido dificultades para recuperarse debido al impacto en la industria aérea y problemas técnicos relacionados con los motores Pratt & Whitney Geared Turbofan (GTF), que obligaron a dejar en tierra varios de sus aviones. El panorama se complicó aún más con el colapso de la fusión planificada con JetBlue Airways, un acuerdo valorado en 3.8 mil millones de dólares.

Planes para reestructurar su deuda

A pesar de su situación financiera, Spirit asegura que continuará operando mientras trabaja en reestructurar su deuda. La aerolínea anunció un acuerdo con sus acreedores para reducir su deuda total y aumentar su flexibilidad financiera. Como parte de este proceso, Spirit recibirá una inversión de 350 millones de dólares en capital de sus actuales bonistas, así como 300 millones en financiamiento provisional.

El CEO de Spirit, Ted Christie, declaró: “Este conjunto de transacciones fortalecerá significativamente nuestro balance y posicionará a Spirit para el futuro mientras seguimos ejecutando iniciativas estratégicas que transformen la experiencia de nuestros pasajeros”.

Modelo de negocio en cuestión

Spirit Airlines ha sido popular entre los viajeros que buscan tarifas económicas, pero los analistas de Wall Street han cuestionado la sostenibilidad de su modelo de negocio. Desde la pandemia, los pasajeros han mostrado preferencia por pagar más a cambio de mayor comodidad, afectando a aerolíneas de bajo costo como Spirit.

La compañía comenzó como una empresa de transporte terrestre en 1964 y, posteriormente, en 1983, incursionó en la aviación. Desde 1992, opera como Spirit Airlines, destacándose por ofrecer viajes económicos a cambio de eliminar servicios como el equipaje facturado o la selección de asientos.

El futuro de Spirit Airlines

Aunque Spirit enfrenta un futuro incierto, la compañía afirma que los boletos, créditos y puntos de fidelidad seguirán siendo válidos y que sus operaciones continuarán sin interrupciones. Según sus declaraciones, esperan completar el proceso de bancarrota con una posición financiera más sólida.

El Departamento de Transporte y los tribunales supervisarán el proceso de reestructuración. La industria seguirá de cerca los avances, ya que el desenlace de este caso podría marcar un precedente para otras aerolíneas en situaciones similares.