Teoscar Hernández evita hospedarse en el Hotel Pfister por inquietudes de su esposa
Fotografía: Archivo / Shutterstock
Milwaukee. — El reconocido jardinero dominicano Teoscar Hernández, figura clave de los Dodgers de Los Ángeles, optó por no alojarse en el histórico Hotel Pfister de Milwaukee durante la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, luego de que su esposa expresara inquietudes ante lo que describió como “situaciones extrañas” ocurridas durante su estadía.
El jugador, de 33 años, explicó que su decisión no obedece a creencias personales, sino al deseo de garantizar la tranquilidad de su familia mientras el equipo disputa compromisos decisivos frente a los Cerveceros de Milwaukee. “No creo en fantasmas. Me he hospedado allí antes y nunca he visto ni oído nada. Pero mi esposa no quiso quedarse esta vez, así que tuvimos que buscar otro hotel”, declaró Hernández con serenidad en una rueda de prensa ofrecida en el American Family Field.

El toletero relató que su esposa manifestó incomodidad por presuntos fenómenos inusuales en el lugar, como luces que se encendían y apagaban solas o ruidos inexplicables en las puertas. Sin embargo, el jugador evitó dramatizar los hechos y subrayó que lo primordial es mantener la concentración en el terreno de juego.
Hernández atraviesa una destacada postemporada con promedio de .294, cuatro cuadrangulares, diez carreras impulsadas y un OPS de 1.010, consolidándose como uno de los pilares ofensivos del conjunto angelino.

El Hotel Pfister, inaugurado en 1893, es célebre tanto por su elegancia arquitectónica como por las múltiples historias que circulan entre peloteros sobre supuestos eventos sobrenaturales. A lo largo de los años, numerosos jugadores visitantes han afirmado haber experimentado movimientos de objetos, sombras o ruidos inexplicables durante su hospedaje.
El caso de Hernández no es único. En 2023, su compañero Mookie Betts también decidió no pernoctar en el Pfister, prefiriendo alquilar un alojamiento privado al afirmar que “no podía dormir bien” por los ruidos del edificio.

Aunque las anécdotas han contribuido a la fama mística del hotel, los Dodgers mantienen su enfoque en la competencia. “Lo importante ahora son los partidos. Lo demás son historias que otros cuentan”, puntualizó Hernández antes del encuentro del martes.
Con esta decisión, el dominicano se suma a la lista de jugadores que, por precaución o simple respeto a las sensaciones de sus seres queridos, optan por evitar uno de los hoteles más enigmáticos del béisbol moderno, donde la tradición deportiva se entrelaza con las leyendas urbanas de Milwaukee.
