Los lanzadores Emmanuel Clase y Luis L. Ortiz, ambos del equipo Cleveland Guardians, fueron formalmente acusados por fiscales del distrito de Brooklyn, Nueva York, en lo que se describe como un presunto esquema de manipulación de lanzamientos durante partidos de la Major League Baseball (MLB).
En la acusación se alega que los jugadores habrían aceptado sobornos a cambio de lanzar deliberadamente bolas fuera de la zona de strike o filtrar información sobre el tipo de lanzamiento, con el fin de favorecer apuestas específicas.

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Según los documentos del fiscal, Ortiz fue arrestado en Boston durante la mañana de este domingo. Clase no ha sido detenido aún.
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La investigación señala que el entramado comenzó en 2023 con Clase, y en 2025 se sumó Ortiz.
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En dos fechas señaladas —15 de junio y 27 de junio de 2025— se habrían pactado lanzamientos intencionalmente malos a cambio de pagos (por ejemplo, 5 000 USD en la primera instancia) para favorecer apuestas.
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Las acusaciones incluyen cargos de conspiración de fraude electrónico, fraude de servicios honestos, conspiración para influir en competencias deportivas mediante soborno y conspiración de lavado de dinero.
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El equipo Cleveland Guardians emitió un comunicado señalando que están “al tanto de la acción reciente de las autoridades” y que “continuarán cooperando plenamente con las autoridades y con la MLB mientras la investigación prosigue”.
Por su parte, la MLB indicó que contactó autoridades federales al inicio de la investigación, que ha cooperado “plenamente durante todo el proceso” y que “nuestra investigación sigue en curso”.
Antecedentes y contexto
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Ortiz fue puesto en licencia administrativa pagada no disciplinaria el 3 de julio de 2025, mientras la MLB investigaba actividad de apuestas deportivas. Su licencia luego se extendió al 31 de agosto.
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Clase fue puesto en la misma condición el 28 de julio y se le indicó permanecer en licencia hasta nuevo aviso.
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Según uno de los reportes, los investigadores calculan que los apostadores vinculados al caso podrían haber ganado al menos 400 000 USD fruto de los lanzamientos supuestamente manipulados.
Este caso pone de relieve los riesgos que acarrea la proliferación de apuestas deportivas y la vigilancia que deben ejercer las ligas profesionales sobre “microapuestas” o apuestas sobre eventos muy concretos del juego. Expertos advierten que este tipo de manipulación, si se prueba, no solo dañaría la integridad del deporte sino que podría llevar a sanciones severas, incluyendo prohibición de por vida