El gran secreto de Bad Dominican que lo ayudó a peder 125 lbs
Fotografía: Archivo / Shutterstock
El impresionante cambio físico de Óscar Pérez, mejor conocido en redes como Bad Dominican, ha llamado la atención de miles de seguidores. Durante años, él mismo contó que llegó a pesar cerca de 280 libras y que intentó múltiples métodos para recuperar su salud. Su transformación no fue repentina ni producto de un solo tratamiento, sino de un proceso en etapas que combinó cambios médicos, hormonales y de estilo de vida. Hoy, después de perder alrededor de 125 libras, su historia sirve como referencia para miles de personas que buscan orientación o motivación realista.

Óscar comentó que en los primeros intentos probó dietas tradicionales, rutinas estrictas y diversas estrategias para controlar el apetito. Aunque bajaba algo de peso, volvía a recuperarlo, como le ocurre a la mayoría de personas con obesidad crónica. Eventualmente decidió recurrir a herramientas médicas más avanzadas. Uno de los pasos más significativos fue someterse a una cirugía bariátrica, un procedimiento que reduce la capacidad del estómago con el objetivo de controlar la ingesta y mejorar la respuesta metabólica. La operación lo ayudó a generar un cambio inicial importante, pero aún necesitaba apoyo adicional para mantener el control del apetito y estabilizar los niveles hormonales que influyen en el peso.
En la etapa más reciente de su transformación, Óscar comenzó a utilizar medicamentos inyectables como los que hoy son tendencia mundial: fármacos del tipo semaglutida, conocidos comercialmente como Ozempic, Wegovy o Rybelsus. Estas inyecciones actúan imitando una hormona llamada GLP-1, que ayuda a controlar el apetito, retrasa el vaciado gástrico y regula el azúcar en sangre. No son “quemagrasa” ni funcionan por sí solas; requieren supervisión médica, ajustes de dosis y un estilo de vida compatible con el tratamiento. En el caso de Óscar, fueron una herramienta clave para evitar el rebote después de su cirugía y lograr una pérdida de peso más estable y sostenida.

Como cualquier medicamento, la semaglutida tiene riesgos y efectos secundarios que es importante mencionar: náuseas, vómitos, disminución excesiva del apetito, estreñimiento y, en algunos casos, inflamación del páncreas. También existe la posibilidad de recuperar el peso si el paciente abandona el medicamento sin un plan alimenticio y de actividad física adecuado. Por eso, este tipo de tratamiento solo debe aplicarse bajo supervisión profesional y después de evaluar la historia clínica de cada persona.
El caso de Bad Dominican demuestra que la pérdida de peso significativa casi siempre requiere un abordaje integral y, sobre todo, un compromiso permanente. Su proceso combinó cirugía, medicamentos modernos y una reeducación completa de hábitos. Más allá de la transformación física, su historia abre un espacio importante para hablar de salud metabólica, obesidad como condición médica, y del valor de buscar ayuda profesional en lugar de depender únicamente de dietas pasajeras o soluciones rápidas. Su cambio inspira, pero también recuerda que cada cuerpo necesita un camino distinto para recuperar la salud.