Diario al Día – República Dominicana – Viajar a República Dominicana en temporada navideña vuelve a sonar como plan perfecto: sol, mar y tradición, a pocas horas de Nueva York.
Una guía reciente destaca dos apuestas probadas: un clásico legendario y un estreno de alto nivel, ambos cerca de aeropuertos internacionales.
Desde Nueva York, el vuelo a Punta Cana ronda las cuatro horas, lo suficiente para cambiar abrigo por sandalias antes del mediodía.
Esa cercanía, sumada al clima cálido y la hospitalidad local, explica por qué la isla atrae a viajeros exigentes, celebridades y hasta presidentes estadounidenses.
“Puedes caminar por la playa, subir a las montañas, y aun así sentir que todo gira en torno a la familia”, comenta la diseñadora Celerie Kemble.

El experto en estilo Carlos Mota lo resume con otra idea: la República Dominicana funciona como escape de playa sin cruzar “medio planeta”.
La propuesta se organiza en dos itinerarios: Casa de Campo, una institución turística con décadas de historia, y el St. Regis Cap Cana, una novedad reciente.
En La Romana, Casa de Campo cumple 50 años como un complejo gigantesco, con hotel, restaurantes, golf de renombre, tiendas, marina y zonas residenciales.
El alojamiento ofrece 247 habitaciones y suites en el hotel principal, además de villas privadas; quienes buscan privacidad suelen preferir el área Premier Club.

Allí hay check-in más discreto, un lounge exclusivo y detalles que simplifican el día, como el carrito para moverse por una propiedad enorme.
Lo que más destaca en una visita reciente es la variedad: cuesta aburrirse cuando en un mismo día caben tenis, spa y paseos.
Altos de Chavón, con su estética inspirada en un poblado antiguo, suma compras reales y rincones fotogénicos que muchos viajeros reservan para la tarde.
También aparecen nombres fijos del plan: Minitas Beach, escapadas a Catalina Island y una marina activa con tiendas y restaurantes para cerrar la noche.

Jason Kycek, jefe de marketing del resort, insiste en que el valor diferencial se siente más en la calidez del trato que en el lujo.
En Navidad y fin de año, Casa de Campo mezcla tradiciones estadounidenses con sabores dominicanos, luces, música en vivo y celebraciones que crecen hasta la fiesta playera.
Y hay un detalle práctico: el equipo se prepara para lo imprevisto, desde envolver regalos hasta resolver contratiempos de viaje sin romper el ritmo.
En el otro extremo, el St. Regis Cap Cana abrió esta primavera y apuesta por el “todo pensado”, con diseño contemporáneo inspirado en acantilados y aguas intensamente azules.
Sus 200 habitaciones y 36 suites miran al mar, y varias incluyen acceso directo a piscina, un formato cómodo cuando viajan familias.

En gastronomía, suma nueve opciones, incluyendo un restaurante liderado por el chef peruano Diego Muñoz y un bar clásico con coctelería emblemática.
El resort se toma en serio las piscinas: tiene cuatro, cada una con ambiente propio, para alternar entre descanso tranquilo y espacios familiares.
Mientras niños y adolescentes participan en clubes con actividades ligadas a cultura dominicana, muchos padres aprovechan spa, almuerzos largos o golf.
En fiestas, el calendario incluye carreras recreativas, fogatas familiares y encendido del árbol; y para salir, recomiendan planear con tiempo un paseo en yate a Saona.